Una
serie de explosiones en un depósito de munición del Ejército en pleno centro de
Brazzaville, la capital de la República del Congo, ha causado este domingo 146
muertos y más de 1.500 heridos, según ha informado el Gobierno.
Más
de uno se preguntaría: ¿cómo es posible que en el centro de la ciudad exista
una base militar y, además, se acumule tanta munición?
Lo
que acaba de ocurrir en Congo-Brazzaville podría ocurrir en cualquier capital
africana, ya que la mayoría de los presidentes africanos suelen tener no muy lejos de su residencia cuarteles para
su seguridad por si se da un golpe de Estado, o hay manifestaciones de la
población para aplastarlas. Esto mismo demuestra que no tienen la conciencia
tranquila y que no cuenta con el apoyo de la población.
Hay
que señalar que el cuartel de Mpila, dónde ha ocurrido la desgracia, ha sido el
bastión del presidente Denis Sassou Nguesso desde que ganó la guerra civil en
1997; y desde ese cuartel se garantizaba su seguridad y la de su régimen. Y no es
de extrañar que se almacenara tanta munición.
A
la espera de que se aclare lo ocurrido y, sobre todo, se atienda a los damnificados,
hay que abrir un debate sobre la presencia de innumerables depósitos de armas
en las capitales africanas. A lo mejor sería recomendable aislar tanto a esos
presidentes como a sus depósitos de armas de los núcleos urbanos. Desde luego,
debido a la opulencia y a la riqueza que ostentan ya están más que aislados del
resto de sus compatriotas.
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