miércoles, 31 de julio de 2013

No se olviden de incluir África en sus vacaciones estivales…

Pese a una imagen generalmente negativa que circula en muchos medios internacionales, el turismo africano, en particular el de la región subsahariana, está experimentando en los últimos tiempos, según las estadísticas de la Organización Mundial del Turismo (OMT), un cambio profundo y un crecimiento sostenido.

El aumento de turistas ha sido espectacular en los últimos veinticinco años. Si en 1987 se contabilizaba unos 20 millones de turistas, en 2012, superada ya la barrera simbólica de 50 millones, se registraron más de 63 millones de llegadas.


Estas cifras y otras confirman, desde luego, que el turismo deja de ser una actividad testimonial y exótica, como venía siendo habitual desde los tiempos coloniales, para convertirse en uno de los motores de la economía continental y en un factor decisivo en la mejora de la imagen del continente negro.

Los ingresos provenientes del mismo constituyen ya una parte importante del producto interior bruto de varios países del continente: más del 50% de Seychelles, 30% de Cabo Verde, 25% de Mauricio, 16% de Gambia…

Es verdad que los países con buenas infraestructuras y seguridad atraen más turistas; pero no es menos verdad que África, en los últimos diez años, ha hecho un gran esfuerzo en infraestructuras y seguridad, a pesar de la inestabilidad en algunos países bien localizados y la corrupción que “goza de buena salud” en muchos países del continente (como en el resto del mundo).

Es verdad que de los más de mil millones de turistas que el año 2012 circularon por el mundo sólo 63 millones se acordaron de África; pero no es menos verdad que África ofrece un turismo diferente, único y original, intentando gestionar de manera innovadora sus tres tipos de turismo: “Naturaleza”, “Cultura” y “Safari”, aparte del sol y playa.

Para los amantes de sol y playa, África les espera con  largas y espectaculares costas, orillas de infinitos lagos y ríos, piscinas de los cada vez más envidiables hoteles.
Para aquellos que opten por el “Safari”, nada que presentarles a estas alturas que no han oído hablar. Únicamente decirles que, aunque Kenia y Tanzania sean los países más emblemáticos, África, del norte al sur y del este al oeste, es territorio safari.
En cuanto a “Naturaleza”, nombrar África es evocar un continente con una naturaleza exuberante, una fauna única y una flora excepcional.
En lo referente al turismo cultural, pisar suelo africano significa entrar en contacto con un pueblo cuya cultura milenaria se manifiesta en sus múltiples idiomas, en sus creencias religiosas, en sus fiestas y en sus creaciones artísticas.

Pero cuando vayan a África encontrarán, sobre todo, a un pueblo hospitalario que les recibirá con los brazos abiertos y que compartirá lo “poco” o lo “mucho” que tenga, sin fijarse en los beneficios que su actuación le pueda reportar.

Desgraciadamente, las armas y los intereses de la clase dirigente africana, mayoritariamente mediocre, corrompida y manipulada por multinacionales extranjeras, hacen tanto ruido y tanto daño que no dejan trascender este rasgo definitorio del pueblo africano.-



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