África no es un país, es un continente. Es necesario recalcar esta obviedad. Algunas veces, esta obviedad suela pasar desapercibida y se habla de África como si fuera un país; o incluso como de una comarca o una tribu se tratara.
África no es una realidad homogénea porque estamos
hablando de un continente con:
- más de 1.200 millones de habitantes;
- repartidos en 54 países;
- sobre una extensión de más de 30 millones de kilómetros cuadrados;
- donde se hablan 1500 lenguas distintas.
La
población del continente Africano es, mayoritariamente, negra, especialmente en
la región del África Subsahariana. En el norte de África la población es
esencialmente árabe y bereber; en tanto que en la zona del Sahel cohabitan
árabes, bereberes y negros.
Desde
el punto de vista religioso, África es igualmente diversa con el cristianismo y
el Islam como religiones predominantes.
En
el aspecto político, nos encontramos con todo tipo de procesos, desde plenas
democracias, como Ghana o Sudáfrica, hasta Estados fallidos como Somalia o Guinea-Bissau, a lo
que hay que añadir las recientes revueltas en el Norte de África, o la creación
de un nuevo estado en enero de 2011, Sudán del Sur.