Pese a que hay más pobres que viven en Asia meridional, la proporción de personas que viven en la pobreza en el África subsahariana es la más alta del mundo: casi la mitad de todos los africanos, unos 400 millones de personas, viven con menos de un euro al día.
Aún continúan los conflictos encarnizados en muchos países, golpes de Estados en varias naciones, el VIH/SIDA tiene efectos devastadores, se propaga la desertificación y aumenta la deforestación. Al mismo tiempo, ha decrecido la ayuda internacional a África. La globalización parece pasar por alto en África, ya que su participación en el comercio internacional es ínfima.
Los problemas parecen agravarse, a pesar de los intentos de la comunidad internacional y de algunos gobiernos locales en busca de soluciones. Por eso, es obvio que más de uno se pregunte por el aparente fracaso de las innumerables iniciativas por erradicar o, al menos, mitigar la pobreza en el continente africano.
No hace mucho, en un bar madrileño, escuché una conversación entre dos señores sobre las campañas que se organizan para ayudar a los “niños pobres de África”. Y se preguntaban, no sin cierta resignación, sobre los resultados poco tangibles de las mismas. Señalar que los dos señores han vivido unas cuantas campañas porque ya no cumplen los 70 años.
De entrada, hay que poner en valor la labor de las organizaciones no gubernamentales y de las instituciones religiosas en África. Muchos de sus miembros han dado lo mejor de sí: su propia vida. Gracias a su actividad, más de un africano tiene esperanza para seguir viviendo.
Hecho este reconocimiento, llama la atención que diversas iniciativas puestas en marcha para revertir la situación africana no hayan tenido éxito. Y África parece adentrarse en un callejón sin salida.
Yendo al grano, yo contestaría a los dos señores del bar, y a todos los que presencian fracaso tras fracaso de los proyectos encaminados a combatir el subdesarrollo en África, que muchos de esos proyectos, para no decir todos, han errado en un objetivo que debería ser central en África: la persona, y muy concretamente, la mente del africano. Es decir, los proyectos de la lucha contra la pobreza no se han ocupado del cambio de la mentalidad del africano.
De los efectos devastadores de la colonización, y que aún perduran en África, está la despersonalización de su gente. Sin intención alguna de entrar en polémicas estériles acerca de la colonización, y habitado por el único interés de buscar salida al sempiterno tema del subdesarrollo, hay que recalcar que durante la colonización, el africano sufrió importantes negaciones relacionadas con su persona que, a pesar de las independencias políticas ocurridas hace ya más de medio siglo, siguen presentes en el imaginario colectivo. Nos referimos, entre otras, a la negación o reducción ontológica (del ser): la inferioridad de la raza negra; la negación o reducción epistemológica (el saber): la incapacidad epistemológica de la raza negra; y la negación o reducción religiosa (las creencias): todas las manifestaciones religiosas africanas son supersticiones.
Estas negaciones, que no tienen ningún fundamento, fueron durante toda la época colonial verdaderos dogmas y sirvieron para justificar la acción colonial; al mismo tiempo, impuestas a los indígenas que, en muchos casos, las admitieron como válidas. Y todavía hoy, estos estereotipos perduran: todo lo europeo es superior; el africano es inferior; y que la salvación vendrá de Occidente.
¿Cuántos proyectos de desarrollo se elaboran desde lugares lejanos del continente africano e impuestos sin tener en cuenta la realidad local? En muchos proyectos el africano es mero espectador ya que todo el protagonismo se lo lleva el cooperante "salvador", lo que refuerza los estereotipos coloniales. Y ¿cuántos africanos se mueren por imitar la cultura europea y, así parecerse a los europeos?
De ahí que una rehabilitación del negro se convierta en una condición sine qua non para todo despegue del continente, y debería formar parte de todo proyecto de desarrollo.
Ayudar al pueblo africano a tener confianza en sí mismo, a acabar con la resignación y la apatía, y a tomar conciencia del papel que ha de jugar en la historia es fundamental. Debería aparecer en todas las iniciativas de cooperación al desarrollo un apartado reservado a la autoestima del africano y a su protagonismo en las mismas. Los demás actores han de acompañarle en el proceso.
Sólo cuando el pueblo africano llegue al convencimiento de que puede hacer lo que hacen los demás pueblos, entonces podrá vislumbrarse un futuro halagüeño para el continente.
Me ha parecido muy interesante tu análisis.
ResponderEliminarSe supone que el apartado sobre autoestima al que haces referencia va incluído en el objetivo de "empoderamiento" que se puede ver en la mayoría de los proyectos. Pero lo cierto es que, visto lo visto, algo no está funcionando cómo debiera.
Me gustaría añadir algo, para la reflexión, no sólo hay que cambiar esa mentalidad que cuentas, creo que es imprescindible cambiar la mentalidad de cooperante-voluntario/a "salvador/a", que no hace más que perpetuar la desigualdad.
Considero que sin cambiar esa perspectiva "salvadora" a la hora de cooperar, dificilmente se conseguirá el objetivo de "empoderar".
Un abrazo!
Totalmente de acuerdo con tu observación. Sin duda, los proyectos suelen incluir empoderamiento (o el desarrollo en el beneficiario de una confianza en sus capacidades), pero de manera autómata. En África, ese empoderamiento debería convertirse en objetivo primordial y constituir en si temas de proyectos, por las consecuencias coloniales.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.
Muy de acuerdo en todo. No soy un experto en el tema de la cooperación pero creo que sería necesario valorar el bagaje histórico de los pueblos africanos y la identidad prístina de sus habitantes. Desde mi punto de vista, fuera de África existe una visión sesgada y generalista del continente y se tiende a observar la realidad africana como a un niño pequeño al que es necesario aleccionar y conducir por un camino determinado. Ese camino, en este caso, es el de la "civilización" europea u occidental, donde creemos que nuestras formas de vida y de proceder son las adecuadas para el buen funcionamiento de cualquier sociedad. Creo que es un error tratar de llevar a África según qué aspectos de nuestras sociedades a los que nosotros consideramos "buenos" y "necesarios". Creemos que nosotros -los blancos- somos superiores en todos los ámbitos, y olvidamos que fuimos nosotros quienes iniciamos un sendero nefando, por el que caminarían los pueblos africanos en adelante, cuando llegamos a tierras africanas allá por el siglo XVI. Con esto quiero decir que las entidades cooperantes, aquellas que buscan realmente brindar una ayuda positiva a África, deberían plantearse ceder a los propios africanos el protagonismo y la iniciativa en los proyectos de desarrollo, pues creo que cada pueblo tiene derecho a conducir su propio destino. Dar aquellos instrumentos para conseguir este fin, un desarrollo puro y originalmente africano, es lo que creo que deberían buscar aquellas entidades o personas que cooperan en este sentido.
ResponderEliminarUn abrazo, Néstor, me gustan mucho tus reflexiones.
Muchas gracias por tu comentario y coincido contigo. Un abrazo
Eliminarhola! he estado viendo tu blog. Conocía todas las injusticias que existía en África, o al menos eso creía, porque después de leer tu blog he visto que apenas conocida nada de la situación que padecen y me parece una injusticia tremenda. Gracias por tu maravilloso blog y abrirle los ojos a muchas personas porque realmente no sabemos todo lo que pasa porque mucha gente mira para otro lado o lo oculta.
ResponderEliminarPD: estoy haciendo un trabajo para ciudadanía sobre este tema, tu blog me está ayudando mucho y he sacado muchas cosas de este, no te preocupes en la webgrafía aparece como unas 5 veces tu web ;)
muchos besos y ánimo, seguro que algún día todo se acabara y África será un continente tan prospero como cualquier otro
PD2: siento ponerte este comentario aquí pero no sabía donde dejarlo y como ahora mismo estaba leyendo esta página lo puse aquí
Al leer este blog, me he percatado,que siempre vemos al niño pobre, en huesitos, de mirada triste y al que se lo mostramos a nuestros hijos para que coman (por ejemplo yo hago eso),pero en realidad el fondo del asunto es como ustedes comentan, es la cultura del Africano! al creerce inferior y ser apatico a su entorno, yo misma quisiera ayudar de alguna manera y no se como!! como madre me siento muy triste al ver que tanto dinero se gasta en guerras y en tonterias... mientras hay niños que no comen... Dios mio... PERO considero que con un buen enfoque, un buen plan de coordinaciòn se puede lograr muchas cosas...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Hace falta una escala de valores y destinar los recursos a lo que realmente es importante. Hacen falta, como bien dice, un buen enfoque y una buena coordinación, además de la voluntad política. Muchas gracias!
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante tu reflexión y coincido plenamente con ella. Actualmente estoy realizando un voluntariado en el norte de África y estoy siendo testigo directo de la falta de voluntad que hay para aportar soluciones a los verdaderos problemas existentes en estos países, así como la farsa que supone el uso de la palabra "empoderamiento" en los proyectos. Y estas críticas las dirijo hacia la mayoría de las ONGD y entidades políticas involucradas en la cooperación, el nuevo negocio en juego.
ResponderEliminarLa verdad es que cuestiono mucho la creencia en que desde la cooperación se puede llegar a un cambio profundo de la realidad africana. La clave de este conflicto, en mi opinión, está en la pérdida de autonomía que han sufrido y sufren a diario estos países y su población. ¿Cómo podemos esperar que occidente, principal expoliador de esta tierra, implemente medidas eficaces para favorecer la confianza en sí mismos y la autoestima de esta gente? Sería darle fuerza a un pueblo que no conviene que levante cabeza y la dependencia es su estrategia.
Personalmente creo que las iniciativas que verdaderamente merecen la pena son aquéllas que proceden de la propia población afectada y que no se ven financiadas por grandes agentes externos, especialmente occidentales, públicos o privados. Eso es más difícil de conseguir, pero su fruto será más duradero y beneficioso que cualquier proyecto de copia y pega, hechos desde la perspectiva occidental a través de la cooperación institucionalizada.
Muchas gracias por proporcionar este espacio para compartir impresiones e idea. ánimo!
Totalmente de acuerdo con tu reflexión. A las potencias occidentales les interesan, generalmente, un tercer mundo dócil y entregado. A través del supuesto "empoderamiento" sigue transmitiendo su dominio. Desde luego, el auténtico desarrollo ha de venir del propio pueblo con la ayuda de aquellos extranjeros que realmente creen en los lugareños. Muchas gracias y un saludo.
EliminarDebería ser interesante analizar porqué África no tuvo desarrollo antes de las colonizaciones, creo que la religión sobre todo la islámica tiene que ver mucho con eso, que fue siglos antes de que llegaran los europeos. Negar la verdad que como sociedad en en su conjunto siempre han sido inferiores, no solo a europeos, sino a civilizaciones de constante desarrollo como la china ( la mas antigua) o japón. Y digo como sociedad y no como raza, ya que un africano que ha crecido en Europa u otro continente, con otra mentalidad y otra educación a pesar de las luchas por sus derechos cualquier africano fuera de África ha podido tener un desarrollo individual muy superior.
ResponderEliminar