miércoles, 14 de diciembre de 2011

Crisis postelectorales en África

Después de cada convocatoria electoral en el continente africano muchos se harán, supongo, esta pregunta que me ronda a mí también: ¿Por qué resulta tan difícil y hasta imposible organizar unas elecciones presidenciales en África sin que haya enfrentamientos y hasta muertes?
Es lo que ha ocurrido en países como Costa de Marfil, Kenia, Togo… Y, ahora, en la República Democrática del Congo.

Salvo contadas excepciones (Sudáfrica, Ghana, Liberia o Zambia), todo indica que la clase política de muchos países africanos no está preparada para asumir el veredicto de las urnas y dejar el poder. “En África, los presidentes no pierden las elecciones, hacen lo que sea para aferrarse al poder”, comenta Godfrey Mwampembwa, “Gado”, un reconocido humorista gráfico keniano. Cuando hace unos meses en Zambia ocurrió lo excepcional y el presidente perdió las elecciones, Gado publicó esta viñeta en el periódico de mayor tirada en Kenia que describía gráficamente la situación:


Se ve, en la viñeta, a Rupiah Banda, que acababa de perder las elecciones en Zambia, perseguido por algunos de los presidentes dinosaurios africanos como Mugabe, Dos Santos o Museveni, armados con un rifle y hasta con un lanzagranadas. Los perseguidores gritan a Banda: “Lo tenías todo, la policía, el ejército… Controlabas la comisión electoral… ¡Y aun así pierdes! ¡Eres una **** desgracia…!”

Este dibujo, tan ilustrativo, explicaría en el fondo las crisis que suelen seguir cada proceso electoral: la consideración patrimonial del poder, por parte de los que ya gobiernan. Creen que el poder les pertenece y han de hacer todo para perpetuarse en el cargo. Y para conseguirlo, han de utilizar todos los medios a su alcance: corrupción, tribalismo, terror, apoyo externo a cambio de la “venta” de los recursos nacionales…

Para ello, cuenta con la poca formación y con la buena fe del pueblo llano. Bien sabemos que un pueblo sin formación e información es manipulable. El analfabetismo, hoy por hoy, es más que una realidad en el continente africano.

Asimismo, la clase gobernante suele contar también con un aliado externo, con poder financiero: el apoyo de muchas multinacionales sin escrúpulos (y de sus respectivos países de origen) que les ayudan a mantenerse en el cargo a cambio de las materias primas.

Así, pues, los africanos son responsables de sus males, pero Occidente siempre ha dado apoyo entre bastidores y ha animado de forma encubierta a los dinosaurios, aunque sólo se quejan cuando sus “creaciones se convierten en Frankenstein”.

¿Solución a las crisis postelectorales africanas? Nada fácil. Pero una especie de Ilustración , con todas sus implicaciones, para el pueblo africano es más que necesaria y urgente. El acceso de la mayoría de la población a la educación es condición sine qua non para el progreso de África en general; sin olvidar una cooperación real y leal de la comunidad internacional.


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